jueves, 4 de diciembre de 2008

Chilenos obligados en busca de una nueva identidad

Paulina Velozo, Paula Ávalos.
Los chilenos, ¿Quiénes somos realmente?. Claramente es una pregunta difícil de responder, ya que dependiendo de la perspectiva con la que se considere adecuado hacer el análisis podemos obtener varias respuestas.
Lo principal, para nosotras, es hacer un análisis basado, por sobretodo, en nuestro origen, basado en la historia que casi doscientos años de vida independiente nos han legado para poder conocernos y definirnos como chilenos propiame nte tal.
El análisis escogido en esta ocasión está basado en la política ya que consideramos que la nacionalidad chilena ha sido formada por un Estado que ha antecedido a ella, a semejanza, en esto de la Argentina; y a diferencia de México y del Perú, donde grandes culturas autóctonas prefiguraron los virreinatos y las repúblicas.[1]
Los grandes próceres de la Independencia, desde un comienzo se dedicaron a formar chilenos y para eso nos regalaron identidad mediante los símbolos patrios y la educación. A pesar de todos los intentos, lo más probable es que las personas que realmente eran la base de nuestro país en esa época como los campesinos, los artesanos y en general la gente de estrato social bajo no se hayan sentido identificados con este proyecto nacional, no tomaron esta nacionalidad como algo propio, como un sentimiento que surgiera desde su interior, un sentimiento que lo motivara a creer en su país y en el potencial que esta tierra podía representar para ellos y con esta situación vivimos durante muchos años hasta que por fin existió una gran cruzada nacional como lo fue la Guerra del Pacífico que unió al país. Esto lo vemos claramente en el hecho de que todos los sectores de la población querían participar, quería por primera vez y por iniciativa propia defender a su país demostrando de esta manera que todos los esfuerzos anteriores por crear una nación no habían sido en vano y que ya a esta alturas teníamos una patria inserta en cada una de las miles de almas que integraban Chile en ese entonces.
Pero como consecuencia de la Guerra del Pacífico no sólo tuvimos este nacimiento fortuito de patriotismo sino que también tenemos una nueva riqueza que de ahora en más mantendrá al país, reforzará a la oligarquía y aumentará la diferencia social entre este grupo y los sectores más desposeídos.
Por un tiempo, y gracias a la gestión del presidente José Manuel Balmaceda, esta situación no es tan notoria y el país, por decirlo así se mantiene en buenas condiciones, la cercanía de este Presidente con el pueblo los hace sentir parte de Chile, pero más importante, los hace sentir como una agente activo dentro de nuestra sociedad, algo que jamás habían sentido y que por de pronto están próximos a dejar de hacerlo.
Como este gobierno ha dejado por un tiempo a la aristocracia de lado, estos se han sentido obviamente desplazados y para remediar esta situación socavaron paulatinamente al gobierno hasta que finalmente se produjo la revolución de 1891, guerra civil que nos dejó miles de pérdidas humanas, entre ellas al mismo Presidente Balmaceda, pero que por sobretodo rompió el sentimiento de unidad nacional que se había gestado y mantenido durante todos estos años.
En este sentido la revolución de Chile es aristocrática, porque ha sido empeñada sostenida y dirigida por las clases directoras de la sociedad[2]
Claramente el único objetivo de esta oligarquía resentida es retomar su poder dentro del Estado chileno y es así como el inicio del nuevo siglo esta marcado, tal como el anterior, por una clase gobernadora cuya única ventaja por sobre cualquier otro chileno es su poder adquisitivo.
El pueblo lo siente, lo presiente y se descorazona, se desalienta, ya no tiene energías ni para irritarse, se muere automáticamente como un carro cargado de muertos que sigue rodando sólo por el impulso adquirido [3]
Después de esto podemos apreciar como el inicio del siglo XX no fue para nada tan significativo como cualquiera podría haber pensado. Después de la guerra civil de 1891 empieza a funcionar en Chile un nuevo tipo de República: la República parlamentaria que consistía principalmente en el congreso desplazando al ejecutivo en lo que respecta a la toma de decisiones, una época marcada por las relaciones de parentescos en el poder.
Y a comienzos de este siglo se ha entrevisto, pues, la crisis del Estado nacional y del genuino pueblo, amenazado a la vez por la disolución racial, los negocios corruptos, el capitalismo y el socialismo.[4]
Esta es la primera época, en nuestro análisis, en lo que más se recalca es la corrupción y el favoritismo, motivo por el cual Mario Góngora denominará a este período el de la “política fantasmal”, y que para nosotras es un aspecto que quizás nació a comienzos del siglo pasado, pero que sin dudas se mantiene hasta hoy en día.
Desde la Guerra del Pacífico “se viene operando en la sociedad chilena una evolución trascendental que, alejando progresivamente los elementos que la componen, al presente impiden casi en absoluto a los de arriba, que son muy pocos, conocer a los de abajo, que constituyen la inmensa mayoría”.[5]
Ya por 1920 el salitre comienza a decaer y se fomenta la industria nacional, se amplía el sistema político y se da por finalizado el parlamentarismo y junto con un nuevo orden se instaura también una nueva constitución que busca principalmente devolverle al presidente las atribuciones que la época parlamentaria le había quitado.
El fin del salitre se produce después de la depresión de 1929, que deja a Chile con una economía devastada, ya que la dependencia extranjera de la economía chilena era demasiada y por lo tanto la caída para nosotros fue también muy fuerte.
Para reponer al país de esta crisis el Estado implementa el modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI), que proponía un nuevo rol del Estado en la economía y cuyo principal objetivo era reemplazar los productos extranjeros por nacionales. Los sectores que abarcaba esta reforma eran, obviamente, el de la minería, la agricultura, la energía, el comercio y el transporte.
Con el comienzo de los gobierno radicales comienzan también los cambios sociales en Chile, en ese sentido vemos como los nuevos protagonistas del historia son las clases medias, el proletariado y los grupos populares.
Así se demuestra que a pesar de todo el pueblo sigue presente en la mentalidad de gobierno y se deja atrás definitivamente un período donde unos pocos manipulaban el poder a su antojo y tenían estancado el progreso chilenos.
Después del fracaso del modelo de la ISI a mediados de los años 50, el gobierno de Jorge Alessandri inicia la época de los cambios estructurales, que en el contexto de la Guerra Fría responde al modelo capitalista, pero como no se dieron los resultados que se esperaban, veremos como la ideología del país cambia, hasta llegar a un proyecto tan distinto como lo es el gobierno de Allende que tenía claramente una idea socialista respondiendo al modelo soviético de la Guerra Fría y que en cierta manera dentro de los últimos gobiernos que ha tenido Chile, definitivamente este ha sido el que más se ha preocupado por el bienestar de la ciudadanía en general.
También pasamos por un quiebre de la democracia enorme, que a pesar de lo mucho que ayudó en la economía, pasó a llevar las libertades individuales de todos y cada uno de los chilenos dejando nuevamente a un país dividido en ideologías.
Reconstruir la nacionalidad chilena perdida en esos años ha sido una gran y difícil tarea, hemos tenido que partir casi de cero intentando buscar un equilibrio entre ideologías respecto a este período que parecieran no tener ningún punto en común y cuesta, sabemos que cuesta, pero para mejorar un país cuya nacionalidad parte del Estado, es necesario como requisito fundamental mejorar ese Estado, que supuestamente representa un ejemplo para todos los chilenos, pero que no avanza y que por lo tanto tiene estancado a este país.
Es inútil hablar, es inútil creer que podemos hacer algo grande mientras no se sacuda todo el peso muerto de esos viejos políticos embarazados de palabras ñoñas y de frases hechas.[6]
En la actualidad vemos como son las mismas personas de siempre manejando al país y que por lo tanto no dan cabida a rostro nuevos, que es lo que urgentemente necesitamos, porque digámoslo cuesta creer y motivarse con representantes que realmente no te representan, que muchas veces no saben de los reales intereses del pueblo y no piensan más que en crecer económicamente, que claramente es algo importante, pero no es lo único, con políticos que están llenos de pensamientos antiguos que muchas veces ni siquiera encajan con la realidad nacional. ¿Cómo seguir surgiendo como país si día a día vienen nuevos seres al mundo a formar parte de este Chile, pero crecen sumergidos dentro de un Estado que no se renueva?
Chile se está convirtiendo en un país viejo, muchos estudios lo dicen, y lo mismo sucede con su política, una política que tiene fama de corrupta y que por lo tanto no motiva a nadie. Hecho que se refleja claramente en la juventud actual, no existen los jóvenes motivados por votar, por informarse, por participar, por crecer junto a su tierra por ararla, removerla y regarla con sus conocimientos , con sus ideas y pensamientos jóvenes, llenos de vitalidad y que en un futuro saldrán relucir sus frutos, frutos que vienen llenos de conciencia, de verdad y de fuerza.
Somos pocos y tenemos fe en un futuro mejor, con chilenos orgullosos de su patria, con chilenos informados de su historia y de su actualidad.
¿Quiénes somos los chilenos? Definitivamente somos lo que el Estado y sus políticas quieren que seamos, somos individuos que se adaptan, pero que necesitan urgentemente que se vayan los viejos y que venga juventud limpia y fuerte, con los ojos iluminados de entusiasmo y de esperanza.[7]
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[1] “Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX”, Mario Góngora, Editorial Universitaria, 2006, Página 71.
[2] “Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX”, Mario Góngora, Editorial Universitaria, 2006, Página 99
[3] “Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX”, Mario Góngora, Editorial Universitaria, 2006, Página 314 (Anexo, “Balance patriótico”, Vicente Huidobro.)
[4] “Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX”, Mario Góngora, Editorial Universitaria, 2006, Página 123.
[5] “Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX”, Mario Góngora, Editorial Universitaria, 2006, Página 130.
[6] “Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX”, Mario Góngora, Editorial Universitaria, 2006, Página 315. (Anexo, “ Balance patriótico”, Vicente Huidobro.)
[7] “Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX”, Mario Góngora, Editorial Universitaria, 2006, Página 319. (Anexo, “ Balance patriótico”, Vicente Huidobro.)

miércoles, 16 de julio de 2008

¿En Chile somos un país racista?

Ariadne Opazo

Chile es un país mestizo, ya sea porque posee un mestizaje étnico y a su vez cultural; al llegar los conquistadores españoles a América su mayoría eran hombres y al asir cautivas a las mujeres indígenas las corrompían procreando así nuevas razas híbridas, estas razas estaban socialmente estructuradas de una forma jerárquica, esto quiere decir que mientras más blanco mas poder y un puesto mas alto poseía en la sociedad, algunas de estas nuevas razas eran, mestizo, castiza, español, mulato, morisca, albino tornatrás, lobo e indio. Las mujeres indígenas eran las encargadas de criar a los pequeños mestizos y era así como le inculcaban parte de sus costumbres, aún así estos ya mantenían la base de la cultura española; dentro del mestizaje cultural gran influencia tuvo la Iglesia Católica, ya que por intermedio de las misiones de los Jesuitas las cuales tenían como objetivo la evangelización de los naturales, esto a su vez un poco difícil ya que los autóctonos tenían ya asumidas sus creencias y tomaron la intención de los Jesuitas por evangelizarlos con mucha rebeldía como fue lo que sucedió con los mapuches, pero hubo aborígenes que aceptaron parcialmente la religión católica, siempre manteniendo sus creencias, ha esto se le es comúnmente conocido como el sincretismo religioso, es muy importante conocer bien este termino para poder comprender la religión católica en Chile y América, hoy en día un ejemplo de esto es la conocida Fiesta de la Tirana en el norte de Chile, que mezcla parte de la cultura de los naturales, como lo es el baile propio de este; con la religión católica, la imagen de la Virgen del Carmen; esta alegre fiesta se podría definir como una celebración pagano-religiosa. Todo esto forma parte del mestizaje cultural y étnico que Chile posee.

Pero lo mas interesante de analizar dentro del mestizaje es la negación de este por parte de los chilenos.
Chile se caracteriza por ser un país racista, es decir que se cree una raza superior a las demás, así es como señala el embajador de Chile ante los organismos nacionales, Juan E. Vega, el cual sostiene que: " creemos que nosotros somos homogéneos racialmente y los otros son indios, y estos son inferiores[1]." Lo cual realmente es absurdo ya que todo chileno, por blanco que sea, lleva en su sangre descendencia mapuche. Existen muchos pueblos autóctonos de Chile ya sean mapuches, pehuenches, atacameños, etc. Pero aunque sean propios de aquí de Chile siempre van a ser despreciados y denostados, esa mirada racista no hace distinción entre niños y hombres, entre hombres y mujeres; para el chileno racista todos son iguales, todos son "indios"; descalifican a su propia cultura, a su propia gente, la base de la sociedad que es hoy en día; pero solo por poseer una tez mas oscura la persona no vale nada. A parte del racismo al propio pueblo, los chilenos discriminan a todo extranjero que sea más moreno que el propio, países como Perú, Bolivia, Ecuador, Argentina, entre otros, son el blanco de los insultos y desprestigios del pueblo chileno. Los chilenos cada vez que pueden se jactan de la "descendencia y el parecido" que existe entre Europa y Chile.

El racismo podría decirse que es una lamentable "herencia" que nos dejaron los conquistadores, ya que, como mencione al principio mientras mas blancos mas importantes eran, esto se podría deducir como un tipo de racismo, además usaban a los naturales como esclavos y mano de obra para los trabajos mas duros, y para que decir si eran tratados de un forma humana, un caso de ellos era la encomienda, "institución que organizó y reglamentó la mano de obra indígena[2] " la encomienda resultó solo en algunos sectores en que existía una población indígena densa, pero en las zonas en que existía un menor densidad de mano de obra fracasó y se desvirtuó, fue así como los encomenderos utilizaron formas de "explotación directa de la mano de obra de los naturales [3]" lo que se denominó como "encomienda de trabajo o servicio personal[4]". Es así como en Chile comenzó a existir la sobreexplotación de la mano de obra indígena ya que mujeres y niños eran obligados a soportar arduas horas de trabajo, y también los naturales eran utilizados como bestias de carga, violando sus derechos humanos; es así como se comienza a dar el racismo en Chile.

Ubicándonos en pleno siglo XX en nuestro país aún el racismo hoy permanece, es impresionante ver por ejemplo al grupo chileno de jóvenes llamado neo-nazi el cual dice que los chilenos, entiéndase por todo ciudadano menos los pueblos indígenas, somos la raza "ideal" y que se debe eliminar a todos los naturales que existen, tal cual como lo pensaban los nazis en Alemania, teniendo como raza pura a la raza aria; cómo un chileno va a pertenecer a una raza pura si desde siglos que venimos siendo mestizos, por blanco que sea alguien su pasado y presente es mestizo, y así siempre lo será.

Ahora en Chile se esta tramitando una ley anti-racista, que debería ser aprobada ya que es un delito negar su propia sangre y es mas, discriminar a alguien que pertenece a tu propia cultura, la vergüenza de los chilenos no tiene causa, ya que muchos de esos "indios" como son llamados dieron la vida por nuestras tierras, lucharon hasta morir por sus costumbres, y finalmente nos dieron la vida a nosotros. Además, ¿no es humano aceptar a todos tal cual son?, sin distinción alguna, después de todo, todos somos latinoamericanos y todos somos mirados en menos cuando se viaja a un país europeo, por ejemplo los chilenos en España son considerados ladrones, pero aún así en Chile siguen discriminando a sus países hermanos.

Con la globalización el problema del racismo aumentara ya que como vemos presente hoy las naciones mas "desarrollados" como Chile, son el destino de otros países menos desarrollados, dada esta situación es que últimamente a Chile ha llegado gran cantidad de Peruanos, y de ellos están naciendo hijos que son chilenos y otros se están mezclando con nosotros.

Cabe por último señalar que la constitución política de la república de Chile defiende los derechos de todos los chilenos, sean mapuches u otros ya que dice: “Los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos [...] Es deber del Estado resguardar la seguridad nacional, dar protección a la población y a la familia, propender al fortalecimiento de ésta, promover la integración armónica de todos los sectores de la Nación y asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad de oportunidades en la vida nacional[5].” También la Constitución define como chilenos a: “Los nacidos en el territorio de Chile [...] Los extranjeros que obtuvieren carta de nacionalización en conformidad a la ley, renunciando expresamente a su nacionalidad anterior.[6]”. Si la Constitución no hace distinción entre razas, ¿por qué lo va ha hacer el pueblo, la nación?, ¿Que no es la Constitución la base del país la palabra de los hombres?,¿Por qué tenemos que negar nuestra propia sangre?. Este es un problema que con la ayuda de todos se podría solucionar, si todos fuéramos de mentes mas abiertas y no juzgáramos a los demás por ser distintos; así seríamos una nación más civilizada y no habría tantos conflictos con países vecinos y dentro de nuestro mismo país.


“[...]Campesinos y gente del pueblo
Te saldrán al encuentro viajero
Y verás como quieren en Chile
Al amigo cuando es forastero. [...]”
( “Si vas para Chile”, Canción popular Chilena.)
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[1] Artículo sobre el racismo en Chile.com
[2] Historia y Ciencias sociales 2º ed. Media página 66
[3] Historia y Ciencias sociales 21 ed. Media página 67
[4] Historia y Ciencias sociales 21 ed. Media página 67
[5] Constitución Política de la República de Chile, CAPITULO I, Bases de la institucionalidad, Art. 1
[6] Constitución Política de la República de Chile, CAPITULO II, Nacionalidad y Ciudadanía, Art. 10

El mestizaje que hizo de Chile una sociedad prisioneramente libre

Camila Olivares.

La conquista española trajo consigo un inmenso intercambio social y cultural que ha marcado a la sociedad chilena hasta nuestros días. El mestizaje, un proceso drástico de cambios en modos de vida, religión y expresiones artísticas, provoca grandes conflictos al interior de esta “nueva” sociedad que recién asomaba sus rasgos característicos.
Chile, se encontraba en aquel entonces, en un período de relativa calma, en la cual, existía una marcada división entre hombres y mujeres. Los hombres y los niños basaban su educación en la preparación para la guerra (a cargo de un Toki) y la recolección y caza de alimentos para su comunidad (a cargo de un Lonko) ; las mujeres por su parte, dedicaban su tiempo al aprendizaje de labores domésticas y curativas (a cargo de una Machi) “Es de esta fusión, a la que rápidamente se incorporaran también aportes hispanos, como el caballo y las monedas para la platería, que dará paso a una nueva cultura, la que permanece viva hasta nuestros días: con los mapuches”[1].
La conquista española adoptó la forma de una “empresa” ya que instauró un modelo de empleador-empleado. “La actitud de los conquistadores era pensar que su cultura y creencias eran las únicas válidas, entendidas por ellos, como verdades divinas e inmutables. Lo que en muchos casos, impidió valorar las expresiones de los pueblos indígenas, lo que, sumado a su ambición, hicieron del mestizaje un proceso que se caracterizó por la discriminación y utilización permanente de la violencia”[2]. Después vino el proceso de mestizaje propiamente tal, entre los conquistadores y las mujeres indígenas, surgiendo así los primeros rasgos de la nueva sociedad chilena; que no estuvo exenta de malos tratos y discriminaciones. Se dividió a la sociedad en ocho grupos jerárquicamente ordenados “siendo el más blanco el más importante; y el más negro desproporcionalmente el menos importante”. Logrando así, que la mezcla entre español e indio fuese la más importante, ellos tenían todos los beneficios de ser “español” pero nacido en Chile. Los hijos de español y mestizo al igual que los hijos de español y castizo gozaban de beneficios similares a los antes mencionados, mientras que la “mezcla” entre español y negros, mulatos y moriscos, obtenían sólo algunos beneficios. Pero sin duda alguna, las mezclas de indios, mestizo y lobo, eran la clase obrera y trabajadora. “Las mujeres cautivas produjeron un enorme mestizaje biológico también entre los indígenas y una enorme fusión cultural: llevaron las comidas de España, combinaron los cuentos e historias, los instrumentos y la música de los propios indígenas. Los mestizos resultantes eran al revés, según la mirada española”.[3]
“El primer censo en Chile es conocido como el Censo de Jáuregui realizado en 1778 y establece lo siguiente: La población del obispado de Santiago constaba de 259.646 habitantes distribuidos en la forma siguiente: 190.919 blancos o "descendientes de raza europea más o menos pura", 20.651 mestizos, 22.568 indios y 25.508 negros"[4].
El proceso de mestizaje provocó grandes heridas que han repercutido en el Chile de hoy; esto ha ocurrido en distintas sociedades del mundo, como por ejemplo, el racismo alemán, la discriminación racial hacia la raza negra entre otros.
Cada país ha impuesto sus fronteras geográficas, religiosas, culturales y artísticas, de manera marcada e intransferible, olvidando así, que las fronteras deberían ser flexibles e impuestas por cada persona, sin pasar a llevar al que está al lado. No es más importante el más blanco o el más negro sino, que su importancia radica en cómo vive y se relaciona con sus pares. Es así, como grandes aportes a la humanidad han sido negros, pobres, analfabetos, etc. (Nelson Mandela, Mahama Ghandi, La Madre Teresa de Calcuta y la Princesa Diana de Galez) que dedicaron y/o dedican su vida a promulgar el respeto y la buena y sana convivencia entre las personas sin importar su condición.
El mestizaje en Chile ha causado diferencias y discriminaciones entre diferentes grupos sociales, dando énfasis a un perfil “europeo” ( un metro noventa de estatura, cabello rubio, buena situación económica y estudios profesionales en el extranjero) dejando así de lado la esencia hermosa y valiosa de nuestra cultura aguerrida, fornida, trabajadora y esforzada, que en muchas ocasiones ha sido coartada por no cumplir con el perfil “que andan buscando” . Ya casi no quedan representantes indígenas puros que nos enseñen y deleiten con sus historias de guerras en el cerro Huelén, de Lautaro y Michimalonco. “Es tal vez a esta mezcla de sangre noreuropea con la hispana a lo que se debe el hecho de que los chilenos sean políticamente más maduros que cualquier otro pueblo del Continente, más democráticos, más innatamente hostiles al gobierno totalitario o dictatorial", escribió el embajador estadounidense Claude Bowers en 1957”[5].
Los chilenos nos vemos como “no indios”, como “no mestizos”, sino como pertenecientes a la raza blanca y la cultura europea occidental. Este fuerte proceso de "blanqueamiento imaginado" es producto del mestizaje y de las ideas herradas de muchos chilenos sobre su procedencia. Las consecuencias son muchas y suelen ser lamentables. El conflicto indígena en Chile reside también en estas ideas.
Lamentablemente estamos muy lejos de ser una “sociedad europea” y estamos más cerca de ser una sociedad sin identidad propia que solo copia y recita lo que otros ya han hecho.
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[1] Texto Historia y Ciencias Sociales. Ed. Santillana 2007-08; pag. 37
[2] Texto Historia y Ciencias Sociales. Ed. Santillana 2007-08; pag. 52
[3] http://www.miradaglobal.com/index.php?option=com_content&task=view&id=804&Itemid=9&lang=es
[4] Archivo nacional de Chile. Censo de 1813, levantado por Don Juan Egaña de orden de la Junta de Gobierno, formada por los señores Pérez, Infante y Eyzaguirre. Imprenta Chile.1853
[5] Carlos Dávila ex presidente de Chile, uno de los creadores de la República Socialista. "Los chilenos, su carácter y costumbres" Revista geográfica de Chile. Santiago. 1952.

“Vergüenza versus Aceptación”


Rita Concha


Desde la llegada de los españoles a nuestro territorio se inicio un fenómeno de unión con los grupos indígenas de la zona que habitaban estos.
Es claro que la Corona española, trato de desunir y prohibir que los españoles tuvieran hijos con los indígenas, esto fue algo inevitable. También es cierto que los españoles ya habían conquistado bastante territorio y claramente conquistado muchas vidas, en si fue creciendo aun mas la unión entre ambos pueblos, poco a poco tanto indígenas como españoles fueron aceptándose los unos a los otros.
Los mestizos, grupos formados entre la fusión de españoles e indígenas, hicieron crecer a la población durante los años de Conquista y Colonia. Esta sociedad era altamente jerarquizada, en si esto provoco un racismo étnico, ya que eran desde los mas blancos, por que era la mas importante valorización social, el color de las personas y también de donde provenían claramente sus raíces.
Los españoles obtuvieron trabajos muy importantes dentro de la sociedad, como en cargos del gobierno, que eran la mayoría de los casos funcionarios reales, en cambio los criollos fueron relacionados a las actividades productivas, como en haciendas, por lo que su poder económico fue creciendo de manera importante durante el tiempo. Los mestizos eran el grupo social con mayor alza de personas, estos trabajaban en las haciendas y yacimientos mineros. Su origen dificulto la integración y aceptación de los demás, ya que tener una doble cultura no era común. Más debajo de esta escala social se encontraban los indígenas y negros traídos como esclavos desde África.

“Sobre la base de estos grupos sociales se fue gestando la sociedad chilena, pero principalmente importante fue el grupo mestizo, no solo por su cantidad sino porque se constituyo en los cimientos de la cultura chilena”[1]
Desde una fusión biológica, hasta transformaciones culturales, esto es lo que hizo más importante la raíz mestiza, sus ámbitos en el quehacer humano.

“Los rastros de lo mestizo los encontramos en la cotidianeidad de nuestra vida y entorno. El lenguaje chileno esta cargado de palabras y significados de origen indígena. Del quechua hemos heredado vocablos como alpaca, callampa, poto, chala, chacra, choclo, huacha, guagua y copucha, entre muchas otras. En otros ámbitos, heredamos de los mapuches el esmero por el aseo personal y un sinnúmero de platillos típicos, desconocidos en Europa. “[2]
Lo que endurece aun mas mi posición en este tema, el mestizaje, es la aceptación que tenemos nosotros los chilenos, acerca de este concepto, ya que muchos nos negamos a aceptar que nosotros aparte de provenir de una población española, también tenemos sangre y cultura indígena, esos que dejaron sudor y lagrima, dentro de estos grupos o pueblos a nivel Latinoamericano.
Siento que nos avergonzamos al decir que nuestras raíces son bicultural, yo no encuentro que sea algo que pueda atemorizar a las demás personas. A mi parecer es difícil la aceptación entre y de nosotros mismos, tomar en cuenta estas culturas que con tanto esfuerzo se fueron forjando a medida de que pasaba el tiempo.
Las disputas entre nosotros mismos, es una disputa sucia, las discusiones y rechazos hacia nuestros pueblos originarios que son los indígenas, se hace una disputa contra nuestra propia cultura que no queremos tomar en consideración, ya que tan solo pensamos en una sola “raza”, la cual es la española, aquella que vino a conquistar nuevos territorios, con una visión y mirada distinta. A Chile le hace falta la aceptación, que se acabe la discriminación en contra a nuestra belleza y la de muchos otros países Latinoamericanos, no avergonzarnos por el esfuerzo pasado, ya que hay que agradecerles por esta belleza cultural y étnica que forjaron en nosotros.
Tan solo queda la esperanza de que tanto mujeres y hombres abran aun mas su mente, y piensen en tiempos pasados, para que así la cultura e identidad no sea una simple vergüenza, sino orgullo por nuestros antepasados.




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[1] Libro Historia y Ciencias Sociales, segundo año medio, edición especial para el ministerio de educación. Años 2007 y 2008. Pagina 80.


[2] Libro Historia y Ciencias Sociales, segundo año medio, edición especial para el ministerio de educación. Años 2007 y 2008. Pagina 81.